Enclavada en la costa norte de Bretaña, Saint-Malo es un destino imprescindible que ha cautivado el corazón de los visitantes durante siglos. Conocida como la «Ciudad Corsaria», la ciudad portuaria medieval ofrece una mezcla única de encanto histórico, belleza natural y ambiente marítimo. Desde sus majestuosas murallas hasta sus playas doradas, Saint-Malo atrae a los viajeros en busca de aventura, historia y relax. Echemos un rápido vistazo a la historia de esta ciudad de fama mundial antes de explorar este destino turístico, que acoge cada verano a más de un millón de visitantes en Bretaña.
Historia de Saint-Malo
Los orígenes de Saint-Malo se remontan a la época celta, cuando los pueblos armoricanos se asentaron en la región. Tras la conquista romana, la ciudad pasó a llamarse Aletum. En aquella época, era una importante ciudad portuaria y una base militar estratégica para los romanos en su conquista de Bretaña. En aquella época, la roca sobre la que se iba a construir Saint-Malo estaba vacía: más al sur se encontraba la ciudad gala de Aleth, hoy conocida como Saint-Servan. Un pequeño asentamiento se desarrolló en la roca a mediados del siglo VII, cuando el obispo de Aleth la eligió como residencia. Tras la Revolución Francesa, el turismo balneario hizo su aparición en la ciudad corsaria. Hasta 1824, el puerto de Saint-Malo era uno de los mayores de Francia. Durante la Segunda Guerra Mundial, la ciudad fue fortificada por los alemanes. Cuando fue liberada en 1944, Intra-Muros fue bombardeada y el 80% de la ciudad fortificada quedó destruida. La ciudad se reconstruyó al estilo antiguo, conservando las murallas. En 1967, los municipios de Saint-Malo, Saint-Servan y Paramé se fusionaron. Hoy en día, Saint-Malo es un destino turístico veraniego de visita obligada, así como un puerto comercial y de yates.
Personajes famosos y corsarios
Saint-Malo ha sido durante mucho tiempo un bastión de la aventura y la intrepidez marítimas. A lo largo de los siglos, la ciudad fortificada ha visto nacer y prosperar a muchas figuras notables, entre ellas los famosos corsarios que surcaban los mares:
- Robert Surcouf (1773-1827) – Rey de los corsarios
Robert Surcouf es sin duda una de las figuras más emblemáticas de Saint-Malo. Nacido en una familia de marineros, pronto se embarcó en una aventura marítima. Capitán intrépido y buen estratega, Surcouf era temido por los británicos y respetado por sus hombres. Se hizo famoso por sus audaces capturas contra barcos enemigos durante las guerras napoleónicas. Su captura del «Kent», un barco británico mucho mayor y mejor armado que el suyo, se convirtió en legendaria. Su fama le valió el apodo de «Rey de los corsarios». Robert Surcouf se ha convertido en un símbolo de la resistencia malouin frente a la adversidad.
- René Duguay-Trouin (1673-1736) – El estratega conquistador
René Duguay-Trouin es otro famoso corsario de Saint-Malo. De joven, se embarcó en su primera expedición por mar, durante la cual fue capturado y esclavizado por los españoles. Pero esto no hizo sino reforzar su determinación. Posteriormente dirigió audaces campañas en Sudamérica y Asia, con la autorización del rey de Francia, Luis XIV, que residía en Versalles. Duguay-Trouin es más conocido por haber capturado la ciudad de Río de Janeiro en 1711, demostrando su talento como estratega conquistador. Su valentía y sus hazañas le valieron ser nombrado caballero por el rey, lo que le convirtió en una figura legendaria en la ciudad portuaria medieval.
- Jacques Cartier (1491-1557) – El explorador visionario
Una de las figuras más emblemáticas de la ciudad es Jacques Cartier. Este visionario fue el impulsor de la exploración francesa en Norteamérica. En 1534 realizó su primer viaje al Nuevo Mundo, descubriendo Terranova y el golfo de San Lorenzo. Al año siguiente, regresó y exploró el río San Lorenzo, allanando el camino para la colonización francesa en Canadá. Jacques Cartier encarna el espíritu de aventura y descubrimiento que aún hoy anima Saint-Malo.
- Chateaubriand (1768-1848) – Escritor y político
François-René de Chateaubriand, figura capital del Romanticismo literario, encontró en los fascinantes paisajes de Saint-Malo una fuente de inspiración inigualable. Nacido en el casco antiguo, sus novelas y memorias están llenas de descripciones detalladas de la costa bretona, las furiosas tormentas del Atlántico y la belleza agreste de los acantilados frente al océano. Una de sus obras más famosas, «Les Mémoires d’Outre-Tombe», guarda una relación especial con Saint-Malo. En esta monumental obra autobiográfica, Chateaubriand repasa su infancia en la ciudad y sus nostálgicos recuerdos. Describe los paisajes con pasión desenfrenada y retrata con ternura las calles de la ciudad donde creció.
Las murallas de Intra-Muros
Las murallas de Saint-Malo datan del siglo XII, cuando la ciudad comenzó a levantar fortificaciones para protegerse de las invasiones. Se construyeron gradualmente a lo largo de los siglos, con mejoras y ampliaciones periódicas para hacer frente a las amenazas externas. Como puerto estratégico de la Costa Esmeralda, Saint-Malo ha desempeñado un papel crucial en las actividades marítimas, incluidas la piratería y el comercio. Por tanto, las murallas eran esenciales para proteger los preciados bienes que entraban y salían de la ciudad. Las imponentes murallas de piedra, bastiones y torres crean una imagen impactante del pasado poderío e importancia de Saint-Malo como plaza fuerte. Forman un circuito continuo de unos dos kilómetros. Rodean el casco antiguo, también conocido como Intra-Muros, creando una atmósfera intemporal. Un paseo por las murallas ofrece espectaculares vistas panorámicas del océano, las playas doradas, el bullicioso puerto y las calles adoquinadas del casco antiguo. Las estrechas calles de Intra-Muros están llenas de encantadoras boutiques, pintorescos cafés y restaurantes que sirven apetitosas especialidades locales. Artistas callejeros, músicos y artesanos contribuyen al ambiente animado y acogedor de la ciudad histórica.
Las playas de Saint-Malo
Saint-Malo ofrece un amplio abanico de playas, desde vastas extensiones de arena fina hasta pequeñas calas íntimas y escarpados acantilados. La costa está salpicada de playas, lo que permite a los visitantes elegir su escenario favorito para pasar un día de relax junto al mar. Las playas de la ciudad también ofrecen un sinfín de actividades para entretener a turistas de todas las edades. Los más aventureros pueden aprovechar las olas para practicar surf, windsurf o kitesurf. Muchos clubes locales ofrecen cursos de iniciación, para que cualquiera pueda probar suerte en estos apasionantes deportes acuáticos.
1. Playa del Sillon: La playa del Sillon es sin duda una de las playas más famosas de Saint-Malo. Esta playa de arena fina de más de 3 kilómetros ofrece a los veraneantes mucho espacio para relajarse y disfrutar de las cristalinas aguas del Canal de la Mancha. Repleta de restaurantes, bares y cafés, la playa de Sillon es el lugar ideal para pasar un día soleado con la familia o los amigos. También podrá admirar las impresionantes vistas sobre las murallas del casco antiguo, que añaden un toque de historia a su experiencia junto al mar.
2. Playa de Bon-Secours: la playa de Bon-Secours está situada cerca del centro histórico de la ciudad. Aunque es más pequeña que la playa de Sillon, ofrece un encanto único con sus coloridas casetas de playa y su ambiente acogedor. Es el lugar perfecto para los viajeros que buscan tranquilidad y privacidad, pero a sólo unos pasos de las bulliciosas calles de la ciudad.
3. Playa de l’Éventail: Si busca una playa más salvaje y virgen, playa de l’Éventail es la suya. Situada al este de las murallas, esta playa está rodeada de acantilados y ofrece vistas panorámicas al mar. El acceso a esta cala puede ser un poco complicado, pero una vez allí se verá recompensado por la belleza natural y el ambiente tranquilo del lugar.
4. Playa de Rochebonne: la playa de Rochebonne es otra joya de Saint-Malo, especialmente popular entre las familias. Con su arena fina y sus aguas poco profundas, es el lugar ideal para que los niños se diviertan con total seguridad. Los entusiastas del deporte también encontrarán mucho que hacer aquí, gracias a los numerosos deportes acuáticos que se ofrecen, como kayak, paddle boarding y vela.
5. Playa de l’Écluse: Situada justo al lado de Intra-Muros, playa de l’Écluse es la primera playa que verá al llegar a Saint-Malo. Su céntrica ubicación lo convierte en un lugar popular para relajarse, pero también puede estar abarrotado en plena temporada. Sin embargo, ofrece unas vistas inmejorables de las murallas y de los barcos que entran y salen del puerto, creando un ambiente único.
Monumentos por descubrir
1. La catedral de San Vicente: una joya gótica
Situada en el corazón de la ciudad medieval, la catedral de Saint-Vincent es una obra maestra de la arquitectura gótica. Construida entre los siglos XII y XIX, ostenta una imponente fachada ricamente esculpida. En su interior, descubrirá magníficas vidrieras y el mausoleo de René Duguay-Trouin, el famoso corsario de Saint Malo. El ambiente tranquilo que reina en la catedral la convierte en un lugar ideal para contemplar y descubrir la historia religiosa de Saint-Malo.
3. Castillo de Saint-Malo: vestigios de la historia militar
Dominando la ciudad, el castillo de Saint-Malo es otro testigo de la rica y tumultuosa historia de la ciudad corsaria. Construido en el siglo XII, ha sido destruido y reconstruido varias veces a lo largo de los siglos. Hoy alberga el museo de historia de la ciudad, donde podrá sumergirse en el pasado marítimo de Saint-Malo y descubrir colecciones de objetos, maquetas y documentos que rememoran la saga de los navegantes y corsarios de Saint-Malo.
4. El Tour Solidor: guardián del estuario del Rance
Situada en la desembocadura del río Rance, en Saint-Servan, la Tour Solidor es un monumento de visita obligada en Saint-Malo. Construida en el siglo XIV, formaba parte de una serie de fortificaciones destinadas a proteger la ciudad. Hoy alberga el Musée International du Long-Cours Cap-Hornier, dedicado a la historia de la vela. Desde la Tour Solidor, podrá disfrutar de una espléndida vista del estuario del Rance y del paisaje marino circundante.
5. El Fuerte Nacional de Saint-Malo
Enclavado en una pequeña isla rocosa, este emblemático fuerte ofrece unas vistas espectaculares de la ciudad corsaria y del Océano Atlántico que la rodea. Construido en el siglo XVII por orden de Luis XIV, el Fuerte Nacional es un testimonio vivo de la ingeniería militar de la época, con sus enormes murallas, bastiones y majestuosos cañones. Pasear por sus pasillos de piedra es como retroceder en el tiempo, reviviendo momentos clave de la historia de la región. Hoy en día, el Fuerte Nacional no sólo es una atracción turística popular, sino también un símbolo del patrimonio cultural de Saint-Malo, que recuerda a los visitantes el rico pasado marítimo de la ciudad.
Salida de la Ruta del Ron
Desde su creación en 1978, la Ruta del Ron es el sueño de los amantes del mar, de la vela y del público en general. Esta regata, que discurre entre Saint-Malo y Pointe-à-Pitre, en Guadalupe, es una prueba exigente en solitario, en la que los patrones tienen que enfrentarse al Océano Atlántico en toda su majestuosidad y poderío. A lo largo de unas 3.500 millas náuticas, los navegantes compiten con talento, perseverancia y valor para cruzar el océano, a menudo azotados por vientos violentos y olas impresionantes. La Route du Rhum no es sólo una aventura marítima excepcional, sino también un acontecimiento popular que atrae a miles de espectadores a la aldea temporal instalada en los muelles de Saint-Malo. Además de las multitudes que animan a los regatistas y les desean buena suerte, la regata goza de una cobertura mediática internacional, con millones de aficionados que siguen de cerca cada etapa.
Lugares de interés en los alrededores de Saint-Malo
En los alrededores, los visitantes encontrarán un sinfín de destinos fascinantes. Ya sea amante del patrimonio histórico, de los panoramas impresionantes o de la naturaleza virgen, los sitios que visitar cerca de Saint-Malo satisfarán sin duda los deseos de los viajeros en busca de una escapada.
- Monte Saint-Michel: declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el Monte Saint-Michel es una isla rocosa situada a unos 50 kilómetros de Saint-Malo. Esta maravilla arquitectónica es famosa por su abadía medieval encaramada a un saliente rocoso y rodeada por las aguas de la bahía. Con marea baja, se puede acceder a la isla por el sendero, mientras que con marea alta, los autobuses lanzadera llevan hasta allí con total seguridad. La vista panorámica desde la abadía es impresionante, y ofrece un paisaje que cambia con las mareas.
- Dinard : Situada al otro lado del estuario del Rance, frente a Saint-Malo, la estación balnearia de Dinard es famosa por sus playas de arena, su arquitectura de la Belle Époque y sus exuberantes jardines. Pasee por la Promenade du Clair de Lune para disfrutar de impresionantes vistas de la bahía de Saint-Malo y descubra las magníficas villas del siglo XIX. Dinard también es famosa por su Festival anual de Cine Británico.
- Dinan: situada a unos 30 kilómetros hacia el interior desde Saint-Malo, Dinan es una ciudad medieval virgen enclavada a orillas del río Rance. Esta pintoresca ciudad es famosa por su notable arquitectura medieval, sus calles empedradas y sus casas de entramado de madera bien conservadas. Pasear por las calles de Dinan es como retroceder en el tiempo.
- La Pointe du Gro uin: situada a sólo 15 kilómetros al norte de Saint-Malo, la Pointe du Grouin es uno de los lugares de encuentro favoritos de los amantes de la naturaleza y los paisajes salvajes. Esta ubicación ofrece espectaculares vistas al mar, con escarpados acantilados y senderos costeros. También es un lugar estupendo para observar las aves marinas que sobrevuelan la zona.
- Cancale: a unos 15 kilómetros al este de Saint-Malo se encuentra Cancale, una pequeña ciudad portuaria famosa por sus ostras y marisco fresco. Podrá pasear por el animado puerto y degustar ostras frescas directamente de los productores locales. Las mareas bajas también revelan vastas extensiones de arena donde se puede pescar a pie. Cancale es un lugar ideal para gourmets y amantes del mar.
- Cap Fréhel: Cap Fréhel es famoso por sus acantilados de arenisca rosa, que se elevan más de 70 metros sobre el mar. Ofrecen impresionantes vistas panorámicas del Océano Atlántico, el Canal de la Mancha y la costa bretona circundante. Cerca de Cap Fréhel, también podrá descubrir los restos de Fort-La-Latte, un castillo fortificado construido en el siglo XIV sobre un promontorio rocoso. El castillo ofrece vistas panorámicas al mar y se utiliza a menudo como escenario de películas históricas.
Saint-Malo, destino emblemático de Bretaña
Hoy en día, Saint-Malo sigue siendo una ciudad dinámica, que combina brillantemente su patrimonio histórico con el modernismo. El turismo, la pesca, las actividades portuarias y las industrias relacionadas con el mar siguen siendo importantes motores económicos de la región. Los visitantes pueden pasear por las calles empedradas del casco antiguo, recorrer las murallas para admirar las impresionantes vistas al mar o saborear las deliciosas especialidades locales en los numerosos restaurantes y bares de la ciudad. Saint-Malo sigue siendo uno de los destinos más emblemáticos de Bretaña, un lugar donde confluyen la turbulenta historia de los corsarios y la hechizante belleza del litoral bretón. La ciudad corsaria es y seguirá siendo un icono del patrimonio marítimo francés, una ciudad que recuerda con orgullo su pasado legendario y sigue seduciendo a los viajeros en busca de evasión y aventura.
Para más información, visite www.saint-malo-tourisme.com